11/8/12

Un oxímoron en punto de cruz

Primer punto cruz de Leti, especialista en bordados.

Éste es el primer punto de cruz que hice.       
Me compré una libretita con patrones de "DMC" y había unas letras que eran para adornos de Navidad, verdes con bolitas rojas, imitando -supongo- a los abetos navideños. A mí la Navidad no me gusta nada (más que nada, es que no la entiendo) y como tampoco le veía ninguna gracia a copiar el abecedario completo que venía en la libretita, pensé que sería más oportuno coser una frase o una expresión más cercana y que de alguna manera me identificase.
Por fin me había decidido a empezar con lo del punto de cruz, acababa de comprar un montón de hilos y agujas, las telas y, la verdad, me sentía "de puta madre", así que no lo dudé mucho más y me puse a hacer puntos.
Ahora la tela la utilizo como encimera para la mesita de noche. Cada día, al acostarme, dejo las gafas encima y me digo a mí misma: "De puta madre". ¡Es tan reconfortante irse a dormir, y despertarse con este sentimiento!
Poco después de acabar de coserlo, apareció en La Vanguardia, en la sección de cartas de los lectores, una misiva de Pilar Crespo Álvarez, de Tarragona, que se refería a esta expresión: "De puta madre, así expresan el agrado algunos personajes. Me fijo en las palabras una a una y dudo que a la madre de quien las pronuncia le guste que la califiquen así. De una buena madre pienso todo lo opuesto: incondicionalidad, amor, que da paz y alegría pero no placeres pasajeros de una puta. ¿Por qué consentimos esa pobreza de lenguaje? Perdonable en adolescentes, abusivo, poco amable y nada emocionante cuando proviene de adultos más cultos. Un taco es un desahogo y tiene un momento, un lugar, pero en un artículo o conversación puede ponerse maravilloso, emocionante, exquisito, alucinante, delicioso, magnífico, formidable, espléndido, admirable, asombroso, prodigioso, genial, excelente, gozoso o en dos palabras: im-presionante".
Justo después, La Vanguardia publicaba la respuesta a cargo de Màrius Serra, escritor que hacía esta interesante y aleccionadora reflexión:
"La expresión De puta madre puede ser malsonante, pero no tiene nada de pobre. Al contrario. Es un oxímoron. Su potencia se basa en la oposición entre los dos arquetipos antagónicos que la cultura masculina ha otorgado a la mujer: la madre protectora y la amante excitante. Una da la vida, la otra placer. Ambas hacen de la palabra amor un vocablo ambivalente, que tanto sirve para un beso en la frente como para una sesión de sexo salvaje. Para entender una expresión tan rotunda como hiriente, nada mejor que leer "El laberinto de la soledad" de Octavio Paz (...) que explica ampliamente el origen del grito que resuena en el Zócalo cada 15 de septiembre, día de la independencia: "¡Viva México, hijos de la Chingada!" La aludida es la Malinche, la indígena que se agenció Hernán Cortés y madre del primer mestizo en un país de mestizos. La complejidad siempre es rica, y para subvertir el tópico ubriquista de los epítetos de dos palabras, in-quietante.
(Publicado el 24.11.08 en La Vanguardia)

Leti (Infanta Terrible del Punto de Cruz) - El Punto que vicia 13-03-2009
     

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